Las primeras fotografías que tomé fueron con cámaras desechables, era pequeña y con ellas fotografiaba mis vacaciones o excursiones con el colegio. Años después contemplaba la magia de rememorar aquellos momentos al visualizar un álbum de fotos y esa magia del recuerdo es una de las cosas que me cautivó de la fotografía. Decidí que quería dedicarme por completo a ello, así que comencé mis estudios de técnico superior en Fotografía en la Escuela de Arte de Huesca y hasta el día de hoy sigo aprendiendo, habiendo finalizado recientemente una especialización de Fotoperiodismo en la Escuela Too Many Flash (Madrid). Así, sigo ampliando conocimientos, guiada por las inquietudes que surgen en mí por conocer y transmitir aquello que veo, explorando este mundo con mi cámara en la mano. Capturar un instante es congelar un momento que se convertirá cada vez más valioso con el paso del tiempo.
